¿NOS AGREDE?, ¿EL MUNDO SONORO? | |||
El oído humano esta preparado para recibir y disfrutar de ruidos y sonidos que no superen determinados niveles de intensidad. Alguna vez, alguien dedicado al tema pudo establecer que ninguno de los sonidos naturales, el mar, el de cataratas, o el trueno en medio de la noche, superan los niveles de tolerancia, es decir que habría una relación de equilibrio entre el mundo sonoro natural y las posibilidades de percibir con comodidad dichos ruidos / sonidos por el oído. Consideremos que el advenimiento tecnológico se incorporó un nivel de ruido que llega a ser agresivo, poniendo en riesgo la capacidad auditiva de las personas. Las maquinas, las turbinas, el transito, etc, generan intensidades que resultan generalmente un peligro para el oído que debe soportarlo. El ruido, elemento natural de la vida es considerado un sonido indeseable, molesto, confuso y peligroso cuando ésta desprovisto de su carácter musical agradable. El ruido, como el aire, se expande, penetra y es soportado por el oído durante las 24 horas. Hoy se lo incluye dentro de unos de los factores de riesgo para la salud y por consecuencia, aunque no se vea, es un contaminante del ambiente que afecta cada vez a un mayor número de personas.
La vehemencia de las actividades mecanizadas que la modernidad nos impone, además de las pautas culturales de esta época, están logrando generaciones de individuos con serios trastornos auditivos producidos tanto en la calles, en ámbitos laborales, el los lugares de diversión, en la escuela, como en los mismos hogares. La intensidad del sonido se expresa en decibeles (db), unidad de relación que se utiliza para evaluar el nivel y equivale a la mínima diferencia perceptible por el oído. Se considera que el umbral doloroso para el oído humano es de 80db, por encima de los 140 se produce la ruptura de la membrana del tímpano. Ante una exposición prolongada la sintomatología es por demás variada, pudiendo las alteraciones tener origen físico y psíquico. Fatiga auditiva, sordera, traumatismo acústico, variación en el ritmo cardiaco y respiratorio, de la tensión arterial, del sueño. La contaminación es también responsable de dolores de cabeza, pérdida del apetito, trastornos digestivos, insatisfacción, irritabilidad, afecciones a la vista, incluso cambios en la composición química de la sangre, bajo rendimiento intelectual y laboral, accidentes de trabajo. Como se percibe, el mismo hombre crea sonidos celestiales y puede generar o someterse a ruidos infernales como el subproducto del progreso. En los últimos años se ha detectado que son más de quinientas las profesiones u oficios cuyo ejercicio expone a niveles excesivos de ruido. Las limitaciones que fijan las ordenanzas son fácil y reiteradamente vulneradas por industrias, comercios, lugares de esparcimiento, hasta por las escuelas, descontando lo ya conocido, trasporte aéreo y terrestre. La moda de los conciertos al aire libre pone a las personas en serio riesgo auditivo por la elevadísima potencia de los parlantes. Los camiones de recolección y compactación de residuos son otro sufrimiento acústico que estamos acostumbrados, el ruido que produce trepa los 100db. Casi ningún trabajador que opere un martillo neumático lleva protección para sus oídos, lo que es muy preocupante ya que dicha herramienta produce130db y daña tanto al operario como a quien transita o vive en el lugar. El uso del walkman provoca no solo el asilamiento de la persona sino talvez sordera transitoria o permanente debido a la continuidad en el uso y al alto volumen al que es escuchada la música, trascendiendo a través de los propios aparatos. Como puede apreciarse, el tema de contaminación sonora también pasa popr el componente cultural, lo que para padres es ruido para los hijos es música, más allá que históricamente en las guerras siempre se ha usado el ruido para amedrentar al enemigo. La OMS (Organización mundial para la Salud) impone 55db el máximo tolerante por el oído humano, pero este nivel es habitualmente dejado de lado. La solución, como en todos los temas que atañen al ambiente, es compleja y pasa por cambios culturales estrategias adecuadas y mayores y mejores mecanismos de control. La actitud ciudadana cobra importancia en cuanto comprenda que debe experimentar un cambio de actitud con respecto a su interacción con los ruidos y también con los sonidos. El sector privado deberá entender que la minimización en la generación de ruidos mejorará la salud de la población, la eficiencia laboral, de aprendizaje y de esparcimiento. Son muchos los ejemplos que pueden ayudar a la toma de conciencia y a la reflexión, pero hay dos sumamente significativas en cuanto a la cultura juvenil se refiere, en las discotecas se sobrepasa en 30db el limite que establecen las ordenanzas 60db. La actitud de cada uno de nosotros y la decidida gestión para disminuir el daño de la contaminación auditiva dará como resultado evitar sufrimientos innecesarios y una mejor convivencia, ya que la salud del pueblo refleja siempre la calidad del ambiente que habita. |
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